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Ruta Historico Cultural

DISTANCIA DE LA RUTA: 4km
DIFICULTAD DE LA RUTA: Baja
COMO REALIZARLA: a pie

Ermita de la Virgen de Egido
Ermita de la Virgen de Egido

Al llegar al casco urbano de La Puebla de Almoradiel comenzamos nuestra ruta histórico-cultural en la glorieta de la Virgen del Egido, para visitar la ermita que alberga en su interior a la patrona de La Puebla. (Digamos que la imagen que ahora contemplamos no es la primitiva, pues aquella desapareció durante la Guerra Civil, tiempo en el que fue utilizado este templo como prisión provisional). A su espalda había construido un edificio en el que existen unas inscripciones donde apenas puede leerse «Dispensario parroquial de urgencias”, usado como tal hasta los años 60 del pasado siglo. A la vez desempeñaba también las funciones de convento y colegio dotado de varias aulas, en el que las propias monjas impartían clases, hasta que este servicio desapareció como tal en el curso 2008, quedando sólo como convento. En esta misma plaza podemos ver el Auditorio Municipal, punto principal de encuentro para el desarrollo de actividades culturales, festivas y recreativas.

Subiendo por la calle Ramón y Cajal, enseguida nos encontramos con un edificio importante, «La Villa”, antiguo grupo escolar reconvertido en Centro Cultural desde marzo del año 2006. Pocos metros más arriba llegamos a la Plaza de la Constitución y desde allí, sólo cruzando la carretera, a la Plaza de la Iglesia, donde podemos destacar dos edificios de gran interés como son el Ayuntamiento y la Iglesia Parroquial de San Juan Bautista. Nuestra vista se dirige a la torre para contemplar sus seis campanas, alguna de ellas de mil kilos, las cuales voltean juntas cinco veces al año (fiestas de Navidad, Resurrección, Corpus Christi, Virgen del Egido y Cristo de la Salud), presumiendo este municipio, de tener un campanario único que se diferencia de los pueblos de alrededor.

La más antigua de las campanas es llamada «la gorda”, del año 1.912, situada en la cara Sur de la torre, la cual fue mandada fundir por un tal Belinchón vecino del municipio. Junto a ésta se encuentra «el campanillo” que había en la ermita del Cristo, dedicado a San Antonio. En la cara Norte encontramos la de las «bodas” del año 1.934, con inscripción de la alcaldía de D. Cruz Angulo Hervás y otra de tamaño mediano, sin nombre, donada por el Ayuntamiento en el año 2006, siendo alcalde D. Antonio Sepúlveda Toledo. Le sigue en la cara Este, otra también del 2006, donada por la familia Muñoz Ligero. Y en la cara Oeste, la de «San Isidro”, mandada fundir por el grupo de pastores, a mediados del siglo pasado, para la ermita de Santo, pero al ser grande para el hueco habido en ella, acabaron donándola a la Iglesia Parroquial.

Nos dirigimos por la Avenida Rey Juan Carlos hacia la ermita del Santísimo Cristo de la Salud (usada en tiempo de guerra como mercado para vender verdura). La talla del Cristo es la original de 1766. No hace mucho tiempo se descubrió en el interior de un costado de la imagen, un trozo de pergamino con una inscripción que reza así:

«Juan Antonio Arguelles me hizo en el año 1766, rogad a Dios por él”.

También se decía el precio en maravedíes de la talla del Cristo.
Tomamos la calle «La Feria” hasta llegar al cruce con la calle «Santa Ana” y una vez en ella, nos dirigimos a mano derecha, para visitar la ermita con el mismo nombre. Hay que destacar de esta ermita, la pervivencia de un retablo pequeño pero de fuerte sabor barroco, que alberga la imagen de Santa Lucía de gran devoción para el pueblo, así como las de Sta. Ana y San Blas.Pozo de la fuente

Pozo de la fuente
Pozo de la fuente

Volvemos de nuevo hacia atrás, por la misma calle «Santa Ana”, hasta llegar a la confluencia con las calles «La Fuente” y «El Joropo” para ver uno de los muchos pozos, existentes en el Municipio, que en su día sirvieron de abastecimiento de agua, tanto para labores domésticas como para caballerías en general. Este pozo, en concreto, y sin aparentarlo, es de gran importancia porque en 1.912 cuando se llevó a cabo su excavación, se encontraron restos de fósiles de hiena eximia, de gacela desperdita, molares de hiparión y unos cascarones de huevos gigantes. Dichos restos fueron fechados en el Potiense, conservándose hoy en el Museo Arqueológico de Madrid.

Entre los muchos existentes dentro del casco urbano, otro pozo de gran importancia en el municipio es el del camino «La Fuente” o de «Las Cuatro Bocas”, situado a 1 Km. de la población en el camino de «La Fuente” –foto recogida al principio, en el apartado de Historia-. El caudal de este pozo es de agua dulce, y si bien hoy no es muy abundante, otrora sirvió para abastecer a muchas cocinas del pueblo, mediante cargas de cubas y cántaros. Digamos que es un lugar digno de ser visitado, por su bonita presentación.

Desde la calle «Santa Ana”, bajamos por la calle «Madre Teresa de Calcuta”, hasta la calle «Juan Pablo II” y, a mano derecha, enseguida llegamos a la calle «Príncipe Alfonso” donde, en su nº. 22, podemos visitar el Fondo Etnográfico «Río Gigüela”, propiedad del vecino Jesús Heras. En él, nos transportamos en el tiempo, a través de sus numerosas piezas, para conocer los oficios existentes en este pueblo años ha, como tonelero, herrero, cestero, sillero, guarnicionero, segador….; utensilios que facilitaban la vida en el hogar, como braseros, quinqués, baúles, tumbillos, planchas de hierro…; y hasta material cultural, como aparatos de radio, gramolas, libros, periódicos, chascarrillos, refranes…., todo lo del ayer, que ha ido desapareciendo con el paso del tiempo. (Para visitar este Fondo, hay que contactar con el teléfono: 660802595).

ruta1.3Desde allí, subimos de nuevo por la calle «Príncipe Alfonso”, hasta la calle «General Ortega” y por ella seguimos, hasta dar con la «Avda. Rey Juan Carlos”. Ya en ésta, siguiendo a la derecha y pasando de nuevo por la «Plaza de la Constitución”, tomamos la «Avda. de la Libertad” y al final de la misma (1km. aprox.), a la altura del cementerio, y frente a él, encontraremos el llamado «Puente Romano”, una bonita obra cuya ubicación no es la original, habiéndose trasladado aquí para evitar la rapiña, y a la vez que mantener una mejor conservación, lograr un mayor disfrute del vecindario (De este puente existe un relato conocido como «La Leyenda del Puente del Diablo”).

Puente Romano
Puente Romano

 

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